Según la Real Academia Española:
Reto.
1. m. Provocación o citación al duelo o desafío.
2. m. Acción de amenazar.
3. m. Dicho o hecho con que se amenaza. Echar retos.
4. m. regañina.
5. m. Objetivo o empeño difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta.
6. m. desus. Acusación de alevoso que un noble hacía a otro delante del rey, obligándose a mantenerla en el campo.
Por más que la definición hace que esta palabra parezca hostil, tiene que verse desde el punto de vista de que "estamos aceptando el reto y con esfuerzo y entrenamiento, lo logramos vencer"
Es decir, vencemos la amenaza que nos fue impuesta, por la vida, nuestros amigos, enemigos, alguna institución, la sociedad, nosotros mismos, Dios, etc...
Y tiene que entenderse, que estamos viendo la amenaza desde la perspectiva de que es una situación que nosotros no podemos controlar, pero que mediante el esfuerzo, entrenamiento y virtudes, podemos desarrollar las fortalezas necesarias que nos permitirán convertir esa amenaza en una oportunidad.
Una oportunidad de poder ver el potencial que teníamos escondido, de lograr nuestras metas, de demostrarle al mundo de qué estamos hechos (como dice una pancarta en el pentagonito), de entender más sobre nosotros mismos, sobre nuestra sociedad, nuestro mundo, nuestra familia, etc...
Y esto es lo que quiero dar a conocer de lo que he podido aprender, los retos son los colores de la vida, porque con ellos, podemos darle un valor agregado a nuestros días, a nuestra experiencia, a nuestro conocimiento, al amor, y a todo lo que querrámos, así como el color le da un valor agregado a todo que nuestros ojos pueden ver. Sin el color, se puede ver, pero los ojos disfrutan más con éste. Lo mismo se puede decir de la vida:
Sin retos se puede vivir, pero la vida se disfruta más cuando constantemente nos ponemos uno, lo logremos o no, porque lo que se disfruta es el proceso.
Así como los colores nos permiten entender características como "¿Cuántos tipos diferentes de flores hay?", "¿Qué colorante lleva esa gaseosa?", "¿De qué color es el día, la tarde, la noche?"... Los retos nos permiten entender emociones como "¿Hasta dónde puedo llegar?", "¿Qué tanta fuerza de voluntad tengo en mi?", "¿Soy capaz de hacerlo?", "¿Está en mi?"...
Si uno pensaba que no podía correr una maratón, asumió el reto a pesar de las amenazas de perder, (además de las amenazas de todos los participantes mencionados anteriormente que quizá por desconocimiento o desconfianza sueltan frases como "no vas a llegar", "estás loco", "por qué tienes que hacer estas cosas y no puedes ser alguien común y corriente?", "Seguramente te va a dar un infarto en el kilómetro 10", etc.......), entrenó, se puso las pilas, buscó gente positiva con quien motivarse, buscó a los que ya han cumplido el reto o quienes quieren acompañarlo, y lo logró.
Y en este último párrafo, entra un nuevo concepto:
La gente con quien te juntas a la hora de buscar cumplir el reto es importante e incluso crucial. Porque muy pocos son los casos en los cuales un reto pueda ser cumplido individualmente, me atrevo a decir que no existe tal situación (porque aunque estuvieras en una isla desierta, necesitarías de la naturaleza o de la fé en quien sea que tengas fé).
Hay gente positiva y gente negativa. La gente positiva es excepcional para cualquier situación, la gente negativa, no te conviene, porque lo único que hará será agregarle amenazas y obstáculos a tu vida. Pero esto lo profundizaré en otra entrada, ya que esta ya está larga :P
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